Cada año, por estas fechas, tenemos un reto: poner la mesa de Navidad de la forma más cuidada y vistosa para que pueda acoger una de las comidas más importantes del año. Deulonder les propone algunos trucos y consejos para conseguir una decoración bonita.

Uno de los elementos imprescindibles para que la mesa quede puesta de forma sublime es contar con un buen mantel. Si puede ser de hilo mejor, puesto que es un tejido digno, de tacto grácil y sofisticado, el tejido más adecuado para hacer de alfombra roja a la vajilla de las grandes ocasiones. Hoy en día, en el mercado, se encuentran de todo tipo de estampados, pero el mantel blanco nunca falla y siempre ilumina la mesa y le confiere elegancia. Este es un truco fundamental a tener en cuenta a la hora de decorar nuestra mesa: jugar con una gama de color reducida, y no mezclar demasiados colores.

En segundo lugar, vestirá mucho nuestra mesa un buen centro hecho en base de verde. Ya pueden ser flores u otras plantas, a pesar de que si es abeto mejor, es como si unas ramas del árbol de Navidad se hubieran escapado y plantado en la mesa. Las ramas se pueden combinar con algunos toques de color como por ejemplo con ramas de acebo, así como piñas.

Los platos se pueden apilar por medidas, y ponerlos encima de una de base de mimbre, que aportará calidez a la mesa navideña. Coronará la pila una taza para el caldo o bien un plato sopero: el primero en entrar en escena. Después, pondremos el juego de cubiertos y las copas: todo puesto en su lugar, todo muy ordenado y pulcro.

Una vez tenemos todo esto presentado, podemos dar nuestro toque personal con algunos elementos decorativos, como por ejemplo una pieza de madera donde escribiremos el nombre de los comensales, unas cintas de corazones para las servilletas, o bien unas campanas de cristal para proteger las velas. Una decoración pensada y elaborada también es una manera de decir: «te quiero». Ahora bien, la mesa llegará a su esplendor una vez llegue lo más importante: los invitados. Buen Provecho y Felices Fiestas.