Un espacio para coser y cantar
Un espacio extraordinario
La propietaria de esta bonita habitación de costura diseñada por Lluïsa Deulonder proviene de una familia que trabajaba antiguamente en el sector del textil en la Costa Brava y sentía añoranza de aquel entorno hecho de telares e hilos de colores. Así que, ahora que es abuela —una abuela joven!— ha querido retomar como hobby la costura, el bordado y el crochet.
El espacio se ha pensado de manera exclusiva para responder a las necesidades de esta amante del hilo y la aguja, y podemos decir que esta habitación hace realidad un sueño que viene de lejos.
Una de las características del diseño de la estancia es el hecho de que todos los muebles están equipados con ruedas, de manera que se pueden recolocar según las necesidades de espacio.
Un sofá para hacer crochet
Se ha dispuesto un confortable sofá para hacer crochet, y dos mesas juntas con las máquinas de coser. La mesa central es más alta y está equipada con un sistema de patronaje e iluminada con dos lámparas.
En una pared se puede observar un práctico tablero con ganchos para poder ordenar tanto los hilos como otros pequeños materiales y utensilios para tenerlo todo a mano y bien ordenado.Una alfombra recoge la zona central y es de limpiar porque es sintética.
Los muebles estan lacados de verde que se combina con la madera de roble.
En la pared, unos estantes abiertos permiten guardar las lanas y las bobinas de diferentes colores. No podía faltar un maniquí de modista.
Las mesas bajas tienen cajoncitos para guardar las piezas pequeñas. El suelo, como el del resto de la casa, es de Cumellas. También se ha instalado una barra para colgar telas.
